La inteligencia artificial avanza rápido y ya se integra a múltiples áreas de las instituciones de educación superior. Pero si no se gestiona con un marco estratégico, puede convertirse en un riesgo antes que en una oportunidad.
Ese fue el mensaje central de la presentación “Why AI Strategy Matters (and Why Not Having One Is Risky)”, realizada durante la Learning Impact Conference 2025 por líderes del Georgia Institute of Technology y Thomas Jefferson University, en el marco del encuentro organizado por 1EdTech Consortium.
Por su parte, una encuesta en vivo entre asistentes —rectores, líderes tecnológicos y proveedores— dejó en evidencia una realidad compartida: la mayoría de las universidades no tiene una estrategia definida para el uso de IA, o sus iniciativas están desarticuladas entre áreas.
Esto limita el impacto positivo de las herramientas, frena la innovación coordinada y expone a las instituciones a riesgos vinculados a privacidad, sesgos, pérdida de confianza o uso inadecuado.
Cuatro prioridades estratégicas
El panel propuso una hoja de ruta con cuatro objetivos clave para guiar una adopción institucional responsable:
- Preparar a los estudiantes para un mercado laboral atravesado por la IA, integrando herramientas y competencias en el currículo.
- Usar la IA para mejorar la calidad y el valor de la enseñanza que ofrece la institución.
- Abordar desafíos operativos y pedagógicos mediante soluciones tecnológicas que agreguen valor real.
- Anticipar y gestionar los riesgos conocidos, estableciendo políticas claras sobre el uso responsable de estas tecnologías.

La estrategia no debe quedar en manos de un solo equipo
Uno de los principales errores que se repite en las instituciones es centralizar la estrategia de IA en el área de tecnología o en centros de innovación pedagógica. Según los expertos, la única forma de asegurar una implementación efectiva es incluir a todas las áreas clave, académicas y no académicas, en el diseño de la estrategia.
Gobernanza, rectorado, IT, finanzas, comunicación, calidad, y por supuesto, los docentes, deben tener un rol activo en su formulación y seguimiento.
Una estrategia viva, no un documento de archivo
El panel cerró con una definición clave: una estrategia de IA no es un PDF que se aprueba y se guarda. Es un marco vivo, dinámico y revisable. Su valor radica en su capacidad para adaptarse a la evolución tecnológica y al contexto educativo.
Las instituciones que actúen hoy, con visión transversal y principios sólidos, serán las que lideren la transformación del sector.
Fuente: Why AI Strategy Matters (and Why Not Having One Is Risky - Campus Technology

