En los procesos de transformación digital a gran escala dentro de las instituciones de educación superior, suele medirse el éxito en base a tiempos de implementación, presupuesto o integridad de los datos. Sin embargo, un reporte reciente publicado por EDUCAUSE advierte: olvidar el factor humano puede poner en riesgo incluso los proyectos más avanzados.
El texto surge de una conversación entre líderes universitarios y del sector privado durante el congreso anual, y pone el foco en una verdad frecuentemente ignorada: los grandes cambios tecnológicos impactan profundamente en las personas, generando ansiedad, agotamiento, y hasta decisiones como el retiro anticipado de perfiles clave. ¿Por qué es importante poner el foco aquí?
Transformaciones digitales estresantes y agotadoras
Una encuesta realizada en ese encuentro muestra con claridad la percepción general: cuando se les pidió a los líderes educativos describir con una palabra los procesos de transformación digital o implementación de ERP, los asistentes eligieron términos como “complejo”, “estresante”, “abrumador” y “agotador”.
El informe remarca que si bien estos proyectos son inevitables para avanzar en eficiencia, no pueden tratarse como eventos excepcionales que se “sobreviven” con esfuerzo extra.
Son parte estructural de la evolución institucional, y por eso es indispensable diseñarlos con foco en el bienestar del equipo.

Percepciones de las implementaciones de ERP y los esfuerzos de transformación digital a gran escala, EDUCAUSE.
Cuidar al equipo también es estrategia
Entre las buenas prácticas compartidas por los participantes se destacan:
- Reuniones individuales y sondeos para monitorear el estado anímico de los equipos.
- Flexibilidad horaria y trabajo remoto para responder a situaciones personales complejas.
- Iniciativas de conexión presencial con equipos remotos para sostener vínculos.
- Participación de todas las áreas en los procesos de cambio, no solo de IT.
Además, algunos líderes crearon grupos de comunicación interna un año antes del lanzamiento de los sistemas, con representantes de toda la institución, para incluir voces diversas y construir confianza desde el inicio.
Liderar con empatía en tiempos de cambio
Uno de los hallazgos clave del informe es que el liderazgo empático no es un “extra”, sino una capacidad central en los contextos de transformación. Escuchar, validar emociones, ser transparente, reconocer limitaciones y modelar el equilibrio entre vida personal y trabajo son prácticas que generan un entorno más saludable.
“El éxito de estos proyectos no es sólo técnico. Es comunitario”, concluye el texto. Y agrega: “La transformación digital puede ser también una oportunidad para fortalecer la cultura institucional, si se pone a las personas en el centro desde el principio”.