Desde la irrupción de ChatGPT, la inteligencia artificial ha desatado un sinfín de debates en el mundo educativo. ¿Reemplazará a los profesores? ¿Podrá resolver cualquier problema? ¿Democratizará el aprendizaje?

En el panel de la IFE Conference 2025, Michael J. L. Fung, director ejecutivo del Institute for the Future of Education del Tecnológico de Monterrey, y Paulo Blikstein, director de Research Lab en la misma institución, pusieron en perspectiva estas afirmaciones y llamaron a ver la IA con realismo.

El ciclo de revuelo tecnológico

Para Fung, la IA está siguiendo el mismo patrón de sobreexpectación que en su momento tuvieron los MOOCS o el metaverso. “Las universidades pensaban que se iban a quedar afuera con los MOOCS. Con el metaverso, creímos que podríamos estar en cualquier lugar con solo apretar un botón. Hemos avanzado, sí, pero la realidad es que no estamos mucho más cerca de esas promesas iniciales”, dijo.

El especialista advirtió que con la IA está ocurriendo lo mismo. “Muchos creen que reemplazará a los profesores porque tiene acceso a más información, no se cansa, no pide aumentos ni beneficios. Pero enseñar no es solo explicar contenido. Es motivar, diagnosticar en tiempo real, adaptar estrategias según el aula. Eso la IA no lo hace”, enfatizó.

El mito del aprendizaje autónomo y la motivación

Blikstein, por su parte, profundizó en por qué los intentos tecnológicos de reemplazar la docencia han fallado históricamente. “Hace más de 100 años que existe el sueño de capturar lo que hacen los profesores y reproducirlo de manera infinita sin costo. Pero todas esas soluciones han fracasado porque malinterpretan lo que es enseñar”, señaló.

El investigador también cuestionó la idea de que los alumnos, especialmente los más jóvenes, aprenderán solos con IA.

“Hay quienes creen que un niño de 11 años va a correr a casa, abrir la laptop y pasar la tarde aprendiendo matemáticas por su cuenta. Pero eso no es real. La motivación en educación es clave, y lograr que los estudiantes estén comprometidos es un desafío humano, no tecnológico”, advirtió.

La IA en educación: el rol del humano en el bucle

Ambos expertos coincidieron en que el problema no es la IA en sí, sino la forma en que se la quiere utilizar.

Fung compartió un caso del Tecnológico de Monterrey, donde un prototipo de sistema de aprendizaje adaptativo basado en IA ayudó a mejorar el rendimiento de 3.000 estudiantes en un 35%. “Pero los profesores seguían siendo parte del proceso, guiando y motivando a los alumnos. Ahí es donde la IA puede aportar”, explicó.

Blikstein, en tanto, propuso una clasificación de cinco áreas donde la IA puede ser útil en educación: gestión, planificación, evaluación, investigación y aprendizaje.

“La investigación y la gestión tienen bajo riesgo. Pero cuando la IA interactúa directamente con los alumnos, el riesgo aumenta. Hay sesgos, errores, problemas éticos. Por eso, la clave está en lo que llamamos el ‘humano en el bucle’: una combinación de IA y docentes".

El concepto del “humano en el bucle” significa que la IA no debe operar de manera autónoma en educación, sino que debe estar supervisada y utilizada por profesores que puedan interpretar, corregir y complementar su funcionamiento.

“Si una herramienta de IA tiene un 90% de precisión, el docente puede encargarse del otro 10%, detectando errores, ajustando el contenido y asegurando que la enseñanza se mantenga alineada con los objetivos educativos reales”, explicó Blikstein.

El mito de la reducción de costos

Para el especialista, la idea de que la IA reducirá costos eliminando la necesidad de docentes es una falacia.

“Si miramos cuánto gastan las empresas de Silicon Valley para desarrollar estas herramientas, veremos que son miles de millones de dólares. Entonces, ¿quién es realmente costoso? A veces, lo más eficiente no es reemplazar a los humanos, sino combinarlos con la tecnología de manera inteligente”, dijo.

Y advirtió: “No hay ningún tutor mágico de cero costo en la nube que se adapte a cada estudiante. Eso nunca será realidad. La educación requiere interacción humana. Si ponemos primero los objetivos educativos y después la tecnología, lograremos soluciones más realistas y efectivas”.

Puedes ver la conferencia completa aquí.