Hay un denominador común: en educación superior, la mayoría de los estudiantes prefiere la educación virtual o híbrida, aunque muchos siguen valorando aspectos de la presencialidad que no siempre encuentran en los modelos online.

Según una encuesta de McKinsey & Company, después de la pandemia el 65% de los estudiantes aseguraron que querían que algunos aspectos de su enseñanza sigan siendo virtuales, especialmente por la flexibilidad y compatibilidad que les ofrecía esta modalidad con el resto de sus vidas.

Cuando fueron consultados sobre qué es lo que más preferían del modelo online, enumeraron: la posibilidad de acceder a las clases desde cualquier momento y lugar, el acceso a materiales de estudio en línea y la flexibilidad a la hora de trabajar y estudiar.

Sin embargo, muchos estudiantes todavía dudan en inscribirse en programas 100% remotos, principalmente por el miedo a distraerse al estudiar en línea, miedo a aburrirse si la experiencia de aprendizaje no es motivadora, falta de disciplina para completar sus estudios, diferencias de oferta académica, entre otras variables. Aunque en algunos casos se trata de preconceptos, este tipo de indicadores demuestran que las universidades tienen mucho camino por recorrer para responder a estas demandas.


Lo que más atrae a los estudiantes de la educación en línea:

La capacidad de acceder a las clases en cualquier momento y lugar.
El fácil acceso a materiales de estudio.
Flexibilidad para combinar trabajo y estudio.

Las preocupaciones sobre este modelo:

El temor a distraerse.
El miedo a aburrirse si la experiencia no resulta motivadora.
La accesibilidad.
La oferta académica.

¿Cuáles son las percepciones de los estudiantes según el país de Latinoamérica?


🔘 ACTIVIDADES EXTRACURRICULARES: estudiantes de Brasil, Colombia y Perú sienten que los programas en línea no ofrecen las mismas oportunidades extracurriculares que podrían encontrar en una institución presencial (como clubes estudiantiles, eventos culturales y deportivos, etc) que consideran importantes para complementar su experiencia educativa.

🔘 HABILIDADES PROPIAS: estudiantes de Brasil y Colombia creen que les faltan habilidades para participar en clases en línea y adaptarse a este formato educativo, dificultando su participación activa.

🔘 EXPECTATIVAS PERSONALES Y FAMILIARES: tanto estudiantes de Brasil como de Perú expresan el deseo de asistir a la universidad en persona. Aunque valoran las oportunidades que brinda la educación en línea, consideran que la experiencia presencial ofrece ventajas adicionales en términos de interacción social, participación en actividades extracurriculares y networking.

🔘 REPUTACIÓN: estudiantes de México y Perú se preocupan por la reputación de las universidades en línea, en comparación con las tradicionales.

🔘OFERTA ACADÉMICA: estudiantes chilenos señalan la falta de oferta en línea en relación a lo que desean estudiar. No encuentran la variedad de programas y cursos que se ajusten a sus intereses y metas académicas.

🔘 COMUNIDAD: alumnos argentinos opinan que las universidades en línea no generan una verdadera comunidad entre los estudiantes. Sienten que la falta de interacción directa y el contacto personal limitado dificultan las conexiones y relaciones entre compañeros.

🔘 FACILIDADES Y SERVICIOS: estudiantes de Brasil y Chile argumentan que no eligen estudiar en línea porque no tienen una habitación para hacerlo de forma tranquila; y alumnos de Argentina, México, Chile y Perú indican que su internet no es lo suficientemente rápido como para estudiar de forma adecuada. Además, algunos estudiantes de Argentina y Perú no tienen acceso a dispositivos electrónicos adecuados para hacerlo.

🔘 COSTOS: en Argentina, Chile y México concuerdan en que no pueden pedir becas si las universidades son en línea, y se suman estudiantes de Colombia y Perú para afirmar que las opciones disponibles online son muy costosas.


En conclusión, en la post pandemia muchos estudiantes quieren que las clases sigan siendo virtuales, sin embargo algunos son reacios a inscribirse en programas 100% en línea al no estar convencido por la oferta del propio modelo y de las universidades.

Entender estos datos y enfocarlos en la particularidad de cada institución es esencial para el enriquecimiento de proyectos que brinden experiencias educativas relevantes, respaldadas por la aplicación de la tecnología, poniendo énfasis en el logro académico de los estudiantes y, como resultado, en el progreso de las instituciones.