El liderazgo ambidiestro es un enfoque introducido por Robert Duncan, que propone un equilibrio entre la exploración de nuevas ideas y la optimización de las operaciones actuales, algo esencial en el mundo académico de hoy.

Según las consultoras Greta Faccio, PhD y Valentina Lorenzon en Times Higher Education, existen seis estrategias que pueden ayudar a implementar esta visión y transformar la gestión universitaria.

1. Administración estratégica de recursos: Un líder ambidiestro debe asignar los recursos con precisión, equilibrando entre lo que requiere atención inmediata y lo que fortalecerá la institución a largo plazo. Invertir tanto en nuevas tecnologías como en la sostenibilidad de proyectos actuales es esencial para impulsar la innovación sin descuidar lo existente.

2. Alinear objetivos en conflicto: El liderazgo ambidiestro implica reconciliar las prioridades operativas con las metas de investigación avanzada. Esto requiere construir una visión compartida que promueva tanto la eficiencia a corto plazo como el desarrollo académico de largo alcance, logrando así una colaboración efectiva.

3. Fomento de alianzas externas: Colaborar con otras instituciones y el sector privado expande la red de conocimiento y aporta nuevas ideas. Los líderes ambidiestros que desarrollan estas relaciones basadas en confianza y comunicación transparente fortalecen no solo a su institución, sino también a la comunidad académica.

4. Desarrollo continuo del equipo: La capacitación en habilidades técnicas y blandas es clave para enfrentar un mercado laboral cambiante. Instituciones que promueven la adaptabilidad y el aprendizaje continuo generan un ambiente de innovación y fortalecen su cultura institucional.

5. Comunicación abierta y transparente: La claridad en los objetivos y beneficios del liderazgo ambidiestro es esencial para reducir la resistencia al cambio. Facilitar canales de diálogo y retroalimentación ayuda a construir confianza y compromiso en el equipo.

6. Un ambiente de experimentación constante: Promover la experimentación y aceptar los errores como oportunidades de aprendizaje impulsa la creatividad. Sesiones de generación de ideas y proyectos experimentales permiten explorar nuevos enfoques y potenciar los resultados de investigación.

El liderazgo ambidiestro ofrece una ventaja estratégica para las instituciones de educación superior. Aquellas que adopten este modelo podrán responder de manera ágil y eficiente a los desafíos de un entorno en constante transformación, posicionándose para un éxito sostenible.

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