Un estudio realizado en enero por la consultora DatosClaros, citado por Forbes Argentina, expone que, aunque la educación universitaria sigue siendo la opción más valorada, su impacto en la empleabilidad está en discusión.
Según los datos obtenidos, el 58% de los encuestados considera que una carrera universitaria es la formación de mayor importancia, por encima de los cursos con salida laboral (19%), las tecnicaturas (8%) y la formación autodidacta (2%).
Sin embargo, el 51% cree que contar con un título universitario no garantiza mejores oportunidades laborales, especialmente entre los sectores socioeconómicos más altos y en el grupo etario de 36 a 45 años.
Natalia Gitelman, directora general de DatosClaros, explicó en diálogo con Forbes Argentina que “la mirada de los jóvenes sobre la educación universitaria no es necesariamente pesimista, pero sí irrelevante en términos laborales". La especialista señala que los rápidos cambios en el mercado de trabajo y los avances tecnológicos han generado dudas sobre la pertinencia de carreras de cuatro o cinco años, que para muchos pueden representar una inversión de tiempo poco atractiva.
El impacto del nivel socioeconómico en la valoración de la universidad
El análisis de DatosClaros muestra que el nivel socioeconómico influye en la percepción del valor del título universitario.
📌 En sectores de clase media, la universidad sigue siendo vista como un recurso clave para mejorar oportunidades laborales.
📌 En sectores altos, el título universitario ya no es suficiente sin una especialización adicional.
📌 En los estratos más bajos, las dificultades de acceso y la falta de garantías laborales han debilitado su rol como motor de progreso.
Gitelman señala que algunas universidades privadas han comenzado a responder a este cambio de tendencia con la oferta de carreras más cortas y orientadas a la inserción laboral, mientras que muchas universidades públicas aún mantienen un enfoque más tradicional.
Las habilidades personales ganan terreno frente al título
El estudio también destaca que el 56% de los encuestados considera que la experiencia y las habilidades personales son más importantes que la formación académica a la hora de obtener un empleo de calidad.
Además, el 55% de los consultados opina que el prestigio del título universitario disminuyó en comparación con años anteriores, lo que refleja una brecha entre lo que enseñan las universidades y las competencias que realmente demandan las empresas.
"El mercado laboral cambió con la incorporación de tecnología y de inteligencia artificial en todos los procesos de trabajo. Vemos una tendencia a la especialización, la microespecialización y la hípersegmentación de tareas", advierte Gitelman.
¿Qué rol tendrá la universidad en el futuro?
A pesar de la pérdida de peso del título como garantía laboral, hay aspectos de la formación superior que podrían ser clave en el futuro.
Gitelman destaca que "la educación universitaria da una mirada integral que va a ser muy valiosa en el futuro. La inteligencia artificial va a reemplazar muchas de las tareas que hacemos, y el valor que vamos a tener como humanos tiene que ver con la visión crítica, la empatía y la sensibilidad, y creo que todo eso lo da la formación universitaria".
El debate sobre la relevancia del título universitario sigue abierto. Las universidades enfrentan el desafío de adaptarse a un mundo en el que las habilidades prácticas, la especialización y la capacidad de adaptación son cada vez más determinantes en el acceso a mejores oportunidades laborales.