Hoy los estudiantes ingresan a la educación superior enfrentando un entorno más complejo, costoso e incierto que nunca. Los líderes de las universidades tienen el enorme desafío de enriquecer sus experiencias de la mano de herramientas tecnológicas con las que hace algunos años no contaban. Emprender este reto se relaciona de manera directa con su sustentabilidad.

El bienestar estudiantil es un concepto que se ha tornado clave a la hora de pensar en la captación y retención universitaria, en una sociedad que se caracteriza por la hiperconectividad, la fluctuación del mercado, los problemas socioeconómicos y cifras de salud preocupantes, con el 33% de los estudiantes diagnosticados con ansiedad y el 26% con depresión, según un reporte de Educause.

Las universidades necesitan volver a ser lugares de conexión y de pertenencia y ofrecerles a los estudiantes confianza y encuentro, más aún cuando sigue creciendo la educación en línea.


¿Cómo mejorar el vínculo con los estudiantes y generar entornos que fomenten la pertenencia? Algunas claves

1. Comprender las necesidades de los estudiantes

No es posible concebir una mirada institucional sin comprender cómo las expectativas y necesidades de los estudiantes cambian, ya que esto permite entender hacia qué programas educativos, servicios o tecnología se debe apuntar.

2. Ayudar a los estudiantes a hacer conexiones

Si bien la tecnología puede generar aislamiento, también puede ayudar a los estudiantes a conectarse con otros en línea. Las redes sociales, los calendarios de eventos, los foros de participación de estudiantes y las aplicaciones para fomentar el diálogo online pueden ayudar a los alumnos a sentirse más cercanos y conectarse entre ellos para darle un sentido a su experiencia académica.

3. Mejorar la colaboración

Según la encuesta de empleadores de la Asociación de Colegios y Universidades Estadounidenses, el trabajo en equipo está en el top 1 de habilidades que los empleadores desean para 2020, pero solo el 42 % de los estudiantes está satisfecho con estudiar o trabajar con compañeros fuera de clase.

4. Organizar el tiempo, las tareas y la información

A medida que aumenta la cantidad de herramientas, proyectos grupales, eventos y plazos, debe aumentar la capacidad de organización de los estudiantes.

Un LMS robusto con herramientas organizadas es indispensable para que los esquemas híbridos o remotos no resulten agobiantes y los estudiantes sientan que no hay diferencia entre estos formatos.

5. Repensar las comunicaciones

Es un hecho que los colegios y universidades envían demasiados correos electrónicos a sus estudiantes. Una universidad descubrió que solo cuatro oficinas (registro, admisiones, cuentas de estudiantes y ayuda financiera) enviaron 1200 correos electrónicos a estudiantes en el período de incorporación de un año.

En promedio, solo entre un cuarto y un tercio de los correos se abren, pero los administradores actúan como si todos lo hicieran y luego se desconciertan cuando se pierden los plazos y los eventos.

Es importante evaluar los mensajes que se envían y priorizar lo relevante, gestionando el resto de las comunicaciones a través de las tecnologías core de la institución.

6. Conectar el portafolio con la salida laboral

Los estudiantes pierden motivación y tiempo cuando no ven cómo sus clases pueden conectarse con una carrera y solo el 54% está satisfecho con la forma en la que los estudios se vinculan a las salidas laborales.

Tecnologías como el benchmarking permiten a las universidades entender su lugar y el de la competencia en el mercado y lograr un mejor posicionamiento de su portafolio acorde a lo que demanda la industria.

7. Personalizar la experiencia de aprendizaje

La recopilación y el uso responsable de datos ayuda a las instituciones a entender la diversidad de estudiantes, comprender sus necesidades, anticipar otras, y acercarse a ellos antes de que sea tarde.